El gobernador del Zulia, Francisco Arias Cárdenas, decretó ayer para el estado occidental “emergencia hídrica”, esto gracias al descenso gravísimo del agua en los tres embalses que surten a más de seis municipios en la entidad.
Por ello, anunció la recuperación de pozos y la activación de camiones cisternas para distribuir el agua en las zonas con mayor registro de sequía.
Por su parte, la empresa estatal Hidrolago, mantiene el régimen de racionamiento y fiscalizaciones para evitar el despilfarro del vital líquido por botes en las vías. Además, autoridades del Gobierno llaman al uso racional del agua por el período de sequía que ya registra un año, desde que los embalses empezaron a bajar sus niveles vertiginosamente.
En los comercios se registra escacez de tanques, pipas y demás contenedores que sirvan para almacenar agua.
Siembra de nubes
Para el pasado mes de julio, el Gobernador Arias Cárdenas, ordenó el bombardeo de nubes que estimularían las lluvias en el Zulia. Sin embargo, este proceso no ha obtenido el resultado deseado y especialistas afirman que la “siembra” es una práctica que podría ser perjudicial para la salubridad del agua.
“La emergencia hídrica actual en el Zulia es consecuencia de la irresponsabilidad de los gobiernos regional y nacional, por el descuido en el mantenimiento de los embalses, la mala distribución y la deforestación en las cuencas altas, lo que ha causado un impacto negativo en los procesos naturales del agua, aseguró el aspirante al Centro de Ingenieros del Zulia”, Marcelo Monot.
Monot denunció que “mientras no llueva en las cuencas altas y medias, no habrá agua en las cuencas bajas. Por otra parte, cuestionó que no se ha hecho una batimetría adecuada en los embalses y aunado a ello, 40 por ciento de estas represas están sedimentadas. No han realizado los trabajos de ingeniería ajustados al crecimiento demográfico de los municipios, lo que complica aún más el tema de la distribución del servicio,” señaló.
María Fernanda González/EV Houston / Foto: Referencial