
Escocia rechazó independizarse del Reino Unido en una votación mayoritaria e histórica, alabada hoy por ganadores y vencidos por su modélico proceso democrático.
El esperado referéndum de independencia escocés, celebrado este jueves entre angustia, ilusión y muchos nervios, tuvo un desenlace por el que pocos apostaban hace solo una semana, cuando el largo recuento final, concluido a primera hora de hoy, otorgó una cómoda victoria del 55,3 % a los partidarios del “no”.
Dos de los 3,6 millones de residentes en Escocia que ejercieron su derecho al voto -un récord absoluto de participación del 84,59 %- decidieron que esta región continúe perteneciendo al Reino Unido.
El resto del electorado, más de 1,6 millones o un 44,7 %, entre ellos muchos jóvenes, optó por la opción secesionista promovida por el ministro principal escocés, Alex Salmond, que buscaba acabar con una historia común de más de 300 años.
El rechazo a la independencia escocesa será seguido por un proceso de traspaso de competencias para el Parlamento de Edimburgo al que se comprometieron las grandes formaciones británicas y que se convertirá en ley en enero próximo.
Tanto el nacionalista Salmond como el primer ministro británico, David Cameron, que acordaron la consulta en octubre de 2012, habían insistido en que este referéndum era irrepetible e irreversible, lo que tiñó de tensión una campaña que adquirió tintes frenéticos en su recta final, ante las numerosas encuestas contradictorias.
Ningún sondeo había pronosticado el elevado margen de victoria del “no” a la secesión, superior a diez puntos, o que el “sí” solo se impondría finalmente en cuatro de los 62 distritos electorales de Escocia, entre ellos la ciudad más poblada, Glasgow.
La balanza la inclinaron finalmente los que se declaraban indecisos, pero sobre todo la “mayoría silenciosa” de la que habló esta semana el ex primer ministro laborista Gordon Brown, convertido en la gran figura del “no” escocés a la separación.
“El silencio ha hablado” en las urnas, resumió hoy el también laborista Alistair Darling, de la campaña “Mejor Juntos”, en referencia al mayor ruido y visibilidad mediática que en todo momento tuvo la campaña favorable a la secesión.
Mientras Cameron respiraba tranquilo por un “resultado claro” en las urnas que en su opinión debería acabar con el debate de independencia escocés durante una generación, Salmond le pedía a él y al resto de partidos británicos que cumplan su promesa de más autonomía a Escocia.
Los principales líderes británicos aseguraron hoy que comienza una época de cambio para Escocia y también de reforma constitucional para el Reino Unido, y que es la hora de responder a la voluntad del pueblo escocés.
La campaña escocesa fue capaz de movilizar a un número extraordinariamente alto de jóvenes por lo general desafectos de la política, sobre todo a partidarios de la independencia, además de dar lugar a debates de calado sobre el futuro de la sociedad y promover un cambio que afectará al Reino Unido en su conjunto.
“Ha sido un triunfo de la política democrática”, apuntó hoy Salmond, quien, al aceptar su derrota, destacó el referéndum escocés como modelo por haber sido “acordado y consensuado”.
También Cameron resaltó hoy, en una solemne declaración a las puertas de Downing Street, el carácter “democrático” de un proceso “con un número récord de votantes”, que ha permitido “resolver estos asuntos vitales en las urnas de forma pacífica y en calma”.
Como David Cameron, la reina Isabel II, que pasa esta época en el castillo escocés de Balmoral, respira aliviada por el desenlace de la consulta independentista, que la hubiera situado en un lugar incómodo pese a la intención de Salmond de mantenerla como jefa de Estado de una eventual Escocia independiente.
Alivio en la Unión Europea
La Unión Europea reaccionó hoy con satisfacción ante el resultado del referéndum de Escocia en contra de su independencia del Reino Unido.
El resultado es “bueno” y favorece una “Europa más unida y fuerte”, declaró el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, informó Efe.
Si Escocia desarrolla ahora una mayor autonomía cultural y económica bajo el paraguas del Reino Unido podría convertirse en “un modelo” para el resto de países con movimientos independentistas, opinó el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz.
Schulz se mostró “contento” con la victoria del “no” y también con el desarrollo de la consulta, “un proceso interno y democrático en el Reino Unido, donde el referéndum había sido reconocido por el Gobierno en Londres”.
El presidente permanente del Consejo Europeo, el belga Herman Van Rompuy, afirmó que “el Reino Unido es y será un importante miembro de la Unión Europea en beneficio de todos los ciudadanos y de todos los Estados miembros de la UE”.
La atención se centra ahora sobre los cambios que seguramente ocurrirán después del referéndum, opinó el primer ministro irlandés, Enda Kenny, quien se refirió a los relacionados con la devolución de poderes. “Este proceso lo seguiremos muy de cerca en Irlanda”, dijo.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, felicitó a los escoceses por haber protagonizado un “escrupuloso respeto a la legalidad” que les ha llevado a evitar las “graves consecuencias” que habría conllevado la independencia.
La declaración de Rajoy se produce en la jornada en la que el Parlamento de Cataluña tiene previsto aprobar una ley que permita convocar una consulta soberanista en la región, que el Gobierno español rechaza por inconstitucional.
Para el secretario general del Partido Socialista (PSOE) español, Pedro Sánchez, “es una buena noticia que se decida permanecer unidos. Los escoceses han elegido el autogobierno… juntos”, afirma en su cuenta en Twiter, y añade: “la lección: que debemos hablar más de los beneficios de la unidad”.
El presidente de turno de la Unión Europea, el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, se mostró convencido de que la UE “sacará provecho” de este referéndum, que supone “el fortalecimiento de nuestras acciones comunes para dar respuestas concretas a las peticiones de nuestros ciudadanos”.
El presidente del Partido Popular Europeo, Manfred Weber, destacó que los escoceses han mostrado su “preferencia por la estabilidad dentro del Reino Unido y de la UE”.
Con todo, señaló Weber que pese al resultado “el número de ciudadanos que expresaron su aspiración de independencia no puede ser ignorado”.
El Gobierno alemán aplaudió la decisión de los escoceses y su portavoz, Steffen Seibert, destacó que “han votado de forma significativa a favor de mantenerse en el Reino Unido y en contra de la independencia”, y reiteró el “respeto” expresado por la canciller Angela Merkel por el proceso.
El presidente del Comité de Poderes Locales y Regionales del Consejo de Europa, Herwig Van Staa, celebró como “una victoria de la democracia” que el referéndum se haya desarrollado pacíficamente y conforme a las reglas institucionales.
Interrogado por el movimiento soberanista catalán, Seibert subrayó que los contextos legales para convocar un referendo en Escocia y Cataluña son “totalmente distintos”, como ya apuntó la canciller en su última visita a España.
El desenlace del referéndum es para el primer ministro checo, Bohuslav Sobotka, una muestra de que “el mundo aún no ha enloquecido totalmente”, opinó el socialdemócrata, cuyo país se separó de la vecina Eslovaquia en 1993 mediante un acuerdo político entre ambas partes.
Como “una batalla perdida con honor” definió el europarlamentario del partido independentista italiano Liga Norte (LN), Mario Borghezio, el resultado escocés y culpó de la victoria unionista a “la enorme presión ejercida por los poderes económicos y políticos”.
Borghezio sentenció: “más vale un día como ‘Braveheart’ que cien años al servicio de los bancos”.
También mostraron su “desilusión” ante el resultado escocés los partidos de lengua germana de la región italiana de Alto Adige y de la parte sur del Tirol, que reclaman una mayor autonomía.
La líder de la ultraderecha francesa, Marine Le Pen, señaló que la posición europeísta de los independentistas escoceses le parece “bastante incoherente”, en la medida en que querían sustituir “el yugo” del Reino Unido por “la sumisión” a la Unión Europea.
“Proponer liberarse de una unión presentada como un yugo para sustituirla por otra sumisión, otra dependencia, en este caso a la Unión Europea me parece bastante contradictorio”, comentó Le Pen en una entrevista a la emisora “RFI”.
Recuperación de las bolsas de valores y respiros de los bancos
El sector empresarial británico, la banca y la Bolsa de Valores de Londres respiraron hoy con alivio tras resolverse el futuro de Escocia en el referendo de independencia, que había sacudido la cotización de la libra esterlina.
En el histórico plebiscito, con una masiva participación de casi el 85 %, los votantes escoceses rechazaron por un margen mayor del vaticinado la opción independentista, con un 55,30 % a favor del “no” y un 44,70 % partidario de la secesión del Reino Unido.
El impacto del resultado se notó desde primera hora ya que la Bolsa subió un 0,50 % en la apertura y su índice general FTSE-100 se situaba en 6.853,13 enteros, mientras que después del mediodía ganaba 0,58 % hasta 6.859,14.
Por su parte, la libra esterlina se recuperaba tras haber estado sumida en su nivel más bajo en casi 12 meses la semana pasada, cuando cayó hasta un uno por ciento y, tras el resultado, cotizaba a 1,65 dólares, mientras que frente al euro avanzaba 0,39 % hasta 1,28 euros.
Esa victoria en pro de la unión de diez puntos de ventaja, bastante mayor de lo que hacían prever las encuestas, fue acogida con agrado y gran alivio por los líderes empresariales británicos, el sector bancario y el selectivo londinense, convencidos de que ésa es la alternativa más beneficiosa para la economía nacional.
“El mundo empresarial siempre ha creído que la unión es la mejor opción para la creación de empleo, el crecimiento económico y la mejora de los estándares de vida”, destacó hoy el director general de la Confederación de la Industria Británica (CBI, siglas en inglés), John Cridland.
Al tiempo que el debate se dirige ahora hacia la devolución de poderes de Westminster al Parlamento escocés, tal y como ha prometido el primer ministro británico, David Cameron, el presidente de la Patronal consideró importante que esto “no socave la fuerza del mercado interno único, que redunda en los mejores intereses de los residentes en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte, así como de aquellos que viven en Escocia”.
En esa línea, David Sparks, al frente de la llamada “Asociación de Gobiernos Locales”, que representa a los ayuntamientos de Inglaterra y Gales, observó que si bien los escoceses han rechazado la secesión, “claramente han dicho un ‘sí’ enfático a favor de una mayor libertad financiera y de una mayor toma de decisiones”.
Además del mundo de los negocios y de los mercados, durante la recta final de la campaña previa al referendo, el sector bancario también había manifestado sus temores frente a la posibilidad de una Escocia independiente.
Antes de la votación, varios grupos bancarios con sede en Edimburgo lanzaron un contundente mensaje a los escoceses en el que se les alertaba de que un hipotético triunfo de la secesión motivaría, en el caso de grupos como el Royal Bank Of Scotland (RBS) o el Lloyds Bank, un traslado de sus sedes a Inglaterra.
Una vez revelado el desenlace, el RBS indicó hoy que “ya no son necesarios los planes de contingencia”.
“Tras el resultado, seguimos con los negocios como es habitual para todos nuestros clientes por el Reino Unido y el RBS”, tranquilizó esta entidad, cuyas acciones subían a primera hora hasta los 371,9 peniques, impulsadas por el triunfo del “sí”.
También grandes compañías como la firma de seguros y pensiones Standard Life, que amenazó con un movimiento similar si Escocia se independizaba, confirmó que no moverá sus negocios de esa región.
El resultado de la consulta provocaba además una revalorizaban en el valor de los títulos de otros bancos y empresas con conexiones en Escocia como el Lloyds Banking Group -propietario del Bank Of Scotland-, que señaló hoy que “continúa comprometido a tener una sólida presencia en Escocia”.
Tras el plebiscito, acordado en octubre de 2012 por Cameron y el ministro principal escocés, Alex Salmond, se iniciará ahora un proceso de negociaciones para llevar a cabo la pactada transferencia de poderes a Escocia prometida por Westminster para apagar sus ínfulas separatistas.
EFE / Foto: Archivo