Uno de los médicos que estaban atendiendo a la actriz y comediante Joan Rivers se tomó una inapropiada selfie con la artista mientras ésta se encontraba inconsciente en su cama del hospital Yorkville Endoscopy de Manhattan, en Nueva York. El hecho -reprochable en sí- no hubiera tomado relevancia si la situación no hubiera antecedido al paro cardiorespiratorio que terminó días después con la vida de Rivers.
Al parecer -y aunque todavía no se haya hecho público su nombre- el médico personal de la conductora estaba realizándole una biopsia de sus cuerdas vocales mientras la mujer se encontraba anestesiada y totalmente dormida. Minutos después, Rivers entraría en shock del que no volvería.
Todo hace suponer que el especialista que realizó la inapropiada “autofoto” fue su médico personal de oído y garganta, quien le practicaba la endoscopía de manera imprudente, según publicó la cadena de noticias CNN. Rivers había ingresado el 28 de agosto a la clínica Yorkville para realizarse un chequeo de rutina, cuando súbitamente su salud empeoró, lo que derivó en su muerte sólo una semana después, el 4 de septiembre.
Luego de haber tenido el paro cardíaco, Rivers fue llevada al prestigioso hospital Mount Sinai, donde finalmente falleció. Fuentes allegadas a la investigación revelaron además que la biopsia hecha sobre las cuerdas vocales de la artista no habían contado con su consentimiento, lo que agravaría la situación de la clínica Yorkville y de su médico en particular.
Desde la clínica especialista en endoscopía no estaban preparados para superar un ataque cardíaco, por lo que llamaron de inmediato al 911, que acudió a los pocos minutos y comenzaron con las tareas de reanimación. Fue allí cuando se le colocó a la actriz un tubo de oxígeno y un desfibrilador, al tiempo que continuaban con los intentos por reanimarla. Cuando lograron estabilizarla fue trasladada en una ambulancia, inconsciente, al Mount Sinai, donde Rivers moriría pocos días después.
Con información de Infobae
EV Houston / Foto: Referencial