
La Comisión Australiana de la Competencia y del Consumidor (ACCC, por su siglas en ingles) demandó por engaño a la compañía encargada de fabricar dispositivos electrónicos, Samsung.
Dicha demanda da lugar debido a que la organización alega la existencia de varios modelos de sus teléfonos ‘Galaxy’ —marcados con el grado de protección contra agua IP68— no corresponden a lo que se declara al público.
Según un comunicado del organismo, desde febrero del 2016 la compañía divulgó más de 300 anuncios afirmando que los dispositivos de esa línea pueden resistir por 30 minutos a todo tipo de agua y a una profundidad de hasta 1,5 metros.
No obstante, aseguran que Samsung nunca realizó “pruebas suficientes” en esta línea de teléfonos.
Asimismo, advierten que el fabricante ha rechazado reclamaciones de garantía de consumidores que dañaron sus teléfonos al pretender utilizarlos bajo el agua.
Por su parte, Samsung Australia contestó al hecho por medio de un comunicado de prensa.
“Samsung se atiene al ‘marketing’ y la publicidad de la resistencia al agua de sus teléfonos inteligentes”, dijeron a través del comunicado.
“También estamos seguros de que ofrecemos a los clientes soluciones gratuitas de acuerdo con las obligaciones de Samsung, en virtud de su garantía de fabricante y la Ley del Consumidor de Australia”, aseveran.