
Entre cuentos, chistes, risas y algo de vino con mi querida María Lorena, decidimos que era hora de regresar a esta página. Han sido más de dos años desde que me desconecte y ha sido mucho lo que ha cambiado desde entonces, pero si algo no lo ha hecho, es mi pasión por la buena mesa, cosa que quiero seguir compartiendo con ustedes. Entre una cosa y la otra, está habernos mudado a Katy y podría decir que, junto a esto, está el hecho de haberme reencontrado con mis raíces venezolanas, que no había perdido ni pasará, pero al cruzarme con tantos locales enfocados en nuestra cocina, se me ha revivido con orgullo.
Por algo le llaman “Katy-zuela”. Ha sido mucho lo que hemos probado, sé que es mucho lo que me falta por probar también y de eso, entre otras cosas, estaremos hablando en estas líneas con más detalles en los escritos por venir y así compartir con ustedes las alegrías de reencontrarme con una maravillosa y bien “goldita” bomba o el mejor pan dulce que en años me había comido y nos ofrece de Nuestra Casa Bakery.
Los cachitos de Pan de Dios y las empanadas de cazón, plátano frito y queso blanco de Aca Foods al mejor estilo de la Gorda al lado de nuestra Virgen del Valle en Margarita, me llenan de venezolanidad. La lista es inmensa y a detalle hablaremos de todos ellos más adelante con tiempo, así como de Kokai y su comida japonesa que me recordó cuando estaban en la entrada de Pampatar aunque son oriundos de Maracaibo y, los shawarmas al mejor estilo venezolano de Kasiun y sus amables dueños, que por cierto son libaneses de Puerto Ordaz.
Como no vamos a hablar de las hamburguesas tipo “callejeras” con huevo frito y pare ustedes de contar que nos ofrecen Fusion Grill o las enormes arepas de Maxi Arepa. Por cierto, las tiendas de productos venezolanos, vean ustedes si pueden dejar de contar. Lo que si es cierto, es que como aquí más venezolano que lo que comía en Venezuela. ¡Me encanta!
En fin, es enorme la lista de los locales que he conocido y entiendo que tan enorme es la de los que me falta por conocer y a su tiempo lo haré. Alguien me comentó, por cierto, que hay un sitio que vende “Comida china tipo venezolana”, tengo que ir a ver si me como un buen arroz frito, que tanta falta me hace.
Pero, así como me he topado con esta inmensa cantidad de sitios venezolanos, también he visto que Katy ha evolucionado gastronómicamente. Ya no es el pueblo donde conseguías solo nombres de grandes cadenas y, los amigos que vivían aquí se quejaban por no tener alternativas donde comer. En este sentido, tendremos que hablar, por ejemplo, de Tobiuo en La Centerra, quien por cierto próximamente abrirá un nuevo local en Houston. De Pearl and Vine, bellísimo y super rico para ir en #undiacualquiera o, Pane e Vino, que entre otros más, rescatan para la zona, la alta gastronomía.
En fin, es mucho lo que tengo que contar, aunque sé que es mucho de Katy que me falta por aprender, pero si algo me ha quedado super claro, es que hoy, más que nunca, mantengo mi convicción de que somos más, muchos más, los venezolanos buenos en el mundo que los que no lo son. Cada vez que me atienden con esa chispa que solo el venezolano tiene, con esa bella sonrisa de nuestras chicas, cada vez que veo el arduo esfuerzo que tantos venezolanos le ponen al día a día, me llena de orgullo y emoción. De esto también me gustaría hablar.
Se me terminan las líneas, pero en unos días nos volvemos a encontrar para entrar en detalles de todas estas ricuras y mucho más. Mientras tanto, no olviden #somosmaslosvenezolanosbuenos
¡Recuerden, vivan la experiencia en positivo y disfruten los resultados!
Manuel E. Guzmán-López
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