
Los investigadores de la Universidad de Pennsylvania consiguieron identificar el “talón de Aquiles” de los tumores cancerosos: el bloqueo de un compuesto químico, llamado ATF4, que controla su alimentación y los lleva a sobrecargarse y autodestruirse.
Estos hallazgos que publica ‘Nature Cell Biology’, podrían indicar una vía hacia un nuevo enfoque terapéutico, ya que ya existen inhibidores que pueden bloquear la síntesis de ATF4.
El bloqueo de las rutas del ATF4 hace que las células cancerosas generen un exceso de proteínas específicas, llamadas 4E-BP, y mueran por estrés.
Durante las investigaciones de laboratorio esto se probó con linfomas y tumores intestinales que crecían tanto en ratones como en humanos.
Según uno de los autores de la investigación, el profesor Constantinos Koumenis, de la Universidad de Pennsylvania (EE.UU.), el ATF4 controla una ruta química que funciona en conjunto con un gen llamado Myc, clave en el desarrollo de la mayoría de los tumores.
MYC es un gen que controla el crecimiento normal de las células, pero cuando es mutado o amplificado en el cáncer, desencadena una reacción en cadena que ayuda a los tumores a crecer sin control.
Si bien actualmente no existe una forma específica de abordarlo, las investigaciones anteriores se han centrado en bloquear otros pasos en la cadena como una solución para impedir el crecimiento del tumor.
Este estudio muestra que el enfoque alternativo es dirigirse al propio ATF4, puesto que es el punto donde ambas vías de señal convergen, lo que significa que hay menos redundancia incorporada para permitir que el cáncer sobreviva.