
La Comisión Europea (CE) impuso una multa de 242 millones de euros al fabricante de procesadores estadounidense Qualcomm por vender por debajo de los costes de producción sus chipsets de banda base 3G.
“Los ‘chipsets’ de banda base son componentes clave para que los dispositivos móviles se puedan conectar a Internet”, expuso la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager.
Sobre esta base, la Comisión concluyó en que la conducta de Qualcomm tuvo un impacto perjudicial demostrativo en la competencia y evitó que Icera compitiera en el mercado, aunque esta fuese una opción viable como proveedor de chipsets UMTS.
Dicha multa tiene en cuenta la duración y gravedad de la infracción, representa el 1,27 % de la facturación de Qualcomm en 2018 y pretende también disuadir a las demás empresas en el mercado de llevar a cabo iniciativas similares en el futuro.
Qualcomm, respondió ante el hecho asegurando que tiene intención de apelar la resolución de la Comisión Europea y facilitar una garantía financiera en lugar de pagar la multa mientras la apelación está pendiente.
La defensa de la empresa ante las acusaciones de la comisión es que dichos usuarios preferían los chips de Qualcomm no por el precio, sino porque los de la competencia eran tecnológicamente inferiores.