El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, habla durante una rueda de prensa desde el Palacio Miraflores, hoy, en Caracas (Venezuela). EFE/Rayner Peña
(EFE).- El Gobierno brasileño anuló este viernes un decreto que impedía la entrada al país del presidente Nicolás Maduro y otros funcionarios venezolanos, con lo que el mandatario podrá asistir a la investidura de Luiz Inácio Lula da Silva este domingo.
La decisión que revoca el decreto, en vigor desde 2019, fue publicada este viernes en el Diario Oficial y está firmada por el viceministro de Justicia, Antonio Ramírez Lorenzo, y el ministro de Relaciones Exteriores, Carlos França.
La prohibición de entrada al país tanto de Maduro como de un centenar de funcionarios de su Gobierno había sido dictada por el presidente saliente, el ultraderechista Jair Bolsonaro, que desde 2019 reconoce como “presidente legítimo” de Venezuela al opositor Juan Guaidó.
Lula, quien mantuvo una muy estrecha amistad con el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez y que tiene vínculos similares con Maduro, ya había adelantado que, una vez que asuma el Gobierno, este 1 de enero, restablecerá las relaciones con Venezuela en todos los planos.
Para la toma de posesión de Lula son esperados al menos 19 jefes de Estado y de Gobierno. Entre otros, figuran el rey de España y los mandatarios de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay, Uruguay, Alemania y Portugal.
El líder progresista brasileño ha designado como futuro ministro de Relaciones Exteriores al diplomático Mauro Vieira, quien ya ha explicado que el primer paso para esa normalización de relaciones será enviar a Caracas a un encargado de negocios, a fin de “reabrir la embajada”, que fue cerrada por Bolsonaro.
Posteriormente, será nombrado un nuevo embajador, en un proceso que suele demorar algunos meses, pues depende de la aprobación del Senado brasileño.
La semana pasada, frente al nuevo escenario político, Maduro hizo un primer movimiento hacia la normalización de las relaciones y nombró como próximo embajador en Brasil a Manuel Vicente Vadell, quien ya había ejercido como cónsul de Venezuela en Sao Paulo.