Bienvenida Lyft al mundo de los mercados bursátiles. Tal como lo habría reportado Bloomberg a mitad de febrero de 2019, Lyft se convertirá en una empresa pública luego del desarrollo de su “Initial Public Offering – IPO).
Su símbolo ticker será su propio nombre (NASDAQ:LYFT), y su destino estará basado principalmente en el auge de los medios contratados de transporte urbano y extra urbano vía la web. Lyft es hoy por hoy, junto a su archirrival Uber,una empresa líder en este mercado de servicios de transporte rentado.
Siguen las empresas punto.com y tecnológicas siendo protagonistas en el mundo de las inversiones, principalmente en el mercado bursátil electrónico y tecnológico de NASDAQ. Lyft, al igual que Uber, representa un concepto relativamente nuevo, y el cual está avanzando de manera significativa en nuestra sociedad.
Estas dos empresas han revolucionado la forma en que nos trasladamos sin nuestros automóviles de manera segura, cómoda, eficiente y a bajo costo, y todo controlado a través de nuestros equipos portátiles (celulares, iPADS, laptops, etc.). Por coincidencia ambas empresas se desarrollaron y tienen sus operaciones corporativas en la ciudad de San Francisco, California.
Hacia finales de marzo de 2019 se realizará la muy esperada oferta. Como toda empresa punto.com o tecnológica, cada vez que surge un nuevo IPO se genera todo tipo de expectativas entre los inversionistas y en el mundo corporativo.
El IPO de Lyft no esla excepción. Este proceso de oferta inicial ha creado mucho nerviosismo entre los inversionistas. A mi parecer, el proceso está generando más preguntas que respuestas. No es para menos. Analistas estiman que el valor inicial pudiera estar en el rango de entre $62 y $68 por acción y esto hace que la alta gerencia de Lyft espere y aspire que la empresa se logre valorar en 23 mil millones de dólares una vez se empiece a cotizarse públicamente.
Hasta el momento solo se había inyectado capital privado. Los capitales públicos obviamente generan muchas dudas, pero siempre hay y habrá un significativo grupo de inversionistas que apuntan a que sus inversiones retornen cifras positivas al largo plazo.
Cabe resaltar el riesgo de la alta gerencia en pronosticar una cifra tan (históricamente) elevada, aún cuando los estados de ganancias y pérdidas han arrojado cifras nada atractivas a los potenciales inversionistas.
Solo el año pasado la empresa habría tenido una pérdida financiera en el orden de los mil millones de dólares. ¿Cómo se convence a un inversionista a confiar su dinero en una empresa con este tipo de historial?
No cabe duda que la alta e inteligente gerencia de Lyft ha estudiado el mercado y sus tendencias. Ellos entienden los pros y contras de un servicio de esa naturaleza y los riesgos de arrojar a la palestra pública los destinos financieros de la empresa. Entre los peores escenarios de un fracaso durante el proceso inicial de recaudación estaría el deterioro en la reputación de la empresa y de su gerencia, así como de la continuidad operativa.
Hay quienes piensan que Lyft se adelantó estratégicamente a Uber al realizar su IPO primero y que esto le daría una fuerte ventaja competitiva, pero hay quienes piensan que Uber fue más estratégica en esperar los resultados de la recaudación de Lyft para saber a qué se enfrentaría durante su propio proceso de IPO.
Todo está por verse. Wall Street tendrá la última palabra.