
EFE/Joebeth Terriquez
Las autoridades mexicanas están lidiando con el hecho de que más de 20 albergues para migrantes en Ciudad Juárez, zona fronteriza con Estados Unidos, han alcanzado su capacidad máxima, en su mayoría con ciudadanos venezolanos. Como resultado, las autoridades están instando a los ciudadanos a no proporcionar ayuda económica, ya que buscan integrar a los migrantes en la fuerza laboral.
En una reciente conferencia de prensa sobre este tema, el presidente municipal Cruz Pérez Cuéllar declaró que es importante que los indocumentados entiendan la necesidad de cumplir con la ley, ya que la paciencia de la ciudad se está agotando. La Coparmex busca apoyar a los migrantes para que encuentren trabajo, ya que existe una alta demanda de mano de obra en la ciudad. Sin embargo, el alcalde enfatizó que el apoyo sólo debe brindarse cuando hay una crisis, y en este caso, hay oportunidades de trabajo disponibles.
Algunos de los refugiados están trabajando en las principales arterias de la ciudad, limpiando vidrios. Para garantizar un mayor rigor en este proceso, el alcalde declaró que buscarán formas de ayudar a facilitar oportunidades de empleo para estos trabajadores.
En una manifestación reciente, más de 2.000 migrantes convergieron en el puente internacional de Santa Fe, exigiendo que las autoridades estadounidenses les dejaran cruzar a Estados Unidos. Llevan meses intentando obtener una cita con las autoridades de inmigración estadounidenses para resolver su situación migratoria, pero sin éxito.
Ante esta trifulca, el funcionario comentó: «Hay áreas que no tenemos facultad para entrar, pero vamos a dialogar con el Instituto Nacional de Migración, porque debemos de cuidar la ciudad».