207 personas murieron y unas 450 resultaron heridas durante ataques terroristas coordinados en varias ciudades de Sri Lanka.
Los ataques ocurrieron en cuatro hoteles de lujo, un complejo residencial y tres iglesias, donde numerosos fieles celebraban una de las grandes festividades cristianas.
Según medios locales, se rumora que los ataques fueron perpetrados por terroristas suicidas y por el momento no han sido reivindicados.
Entre los fallecidos se cuentan dos ciudadanos turcos, un holandés y varios británicos.