Este pasado domingo se registraron múltiples tiroteos en Chicago, al noreste de Estados Unidos, en donde varias personas murieron y más 40 resultaron heridas, entre ellos un niño de 11 años.
Las autoridades han indicado que gran parte de las balaceras tienen relación con el conflicto armado entre pandillas y consideraron que los ataques son “totalmente inaceptables”.
En el primer ataque, registrado durante la madrugada del domingo, dos personas murieron y otras 28 resultaron heridas.
Horas más tarde, un grupo armado abrió fuego contra un grupo de personas reunidas en una plaza del vecindario de South Side Gresham, 8 personas resultaron heridas, cuatro de ellas adolescentes.
Posteriormente, al suroeste de la ciudad, se registró otro incidente donde una adolescente murió y un niño de 11 años resultó herido.
Poco después, en el vecindario de West Side en Austin, un hombre de 32 años fue asesinado en otro tiroteo en el que resultaron heridas varias personas. Estas no colaboraron con las autoridades y se investiga la dinámica del incidente.