El papa Francisco denunció a gobiernos que causan daño mediante el pecado de la murmuración, refiriéndose a los países que difaman a quienes consideran una amenaza.
Francisco se pronunció ante este hecho durante su homilía matutina, durante la cuál dijo que las campañas de calumnias pueden interferir con las relaciones en las familias, parroquias y diócesis, además de interferir con la política global.
A pesar de no haber mencionado un país en específico, manifestó que el daño que causa un gobierno al no ser honesto y embarrar a sus adversarios con murmuración, difamación y calumnias es grave.