Ocho personas muertas y 23 heridas resultaron del estallido de un coche bomba frente a una academia de policía de Bogotá.
La mayoría de las víctimas son jóvenes alumnos de este centro de formación de las fuerzas del orden situado en el sur de la capital, por los momentos, no se ha dado nombres de ninguno de los estudiantes.
Este ataque despierta un miedo inevitable en Colombia, no solo por el número de muertos sino por el posible regreso de ataques terroristas, puesto que anteriormente los narcotraficantes y guerrilleros izquierdistas habían emprendido agresivas campañas de terror en la ciudad con coches bomba.
No obstante, ningún grupo se ha atribuido la autoría del atentado, que ha sido condenado por la práctica totalidad de las fuerzas políticas.
El presidente y otras autoridades se han pronunciado ante el atentado señalándolo como un “miserable acto terrorista” y asegurando que los colombianos permanecerían unidos para enfrentar esta y otra clase de acciones terroristas.