“Estamos de acuerdo en trabajar cada uno de los puntos allí planteados, tomando en cuenta que en todos se recoge su buena voluntad como mediadores y testigos”, respondió Ortega en una misiva dirigida a la Conferencia Episcopal de Nicaragua.
Ortega indicó que en el gobierno “estamos todos listos a acudir a su llamado al diálogo en la fecha más pronta posible, para tranquilidad de todos los nicaragüenses”.
Los obispos, mediadores del diálogo, habían pedido al presidente que autorizara el ingreso de la CIDH para aclarar las muertes en las protestas y que cesara de inmediato la represión como “premisa ineludible” para abrir las conversaciones.
En la carta, el mandatario dijo que coincide con los obispos en “la necesidad del cese de la violencia, intimidación y agresión a los ciudadanos, y agregamos nuestra gran preocupación sobre ambientes de temor creados en comunidades”.
Con “las protestas pacíficas, que respetamos absolutamente, se multiplican hechos de violencia, que asolan y afectan la calidad de vida de nicaragüenses de todas las edades, que claman a Dios por el retorno a la normalidad”, señaló Ortega.
Diversos sectores nicaragüenses acusan al gobierno de haber promovido una brutal represión contra los manifestantes, que han dejado hasta este viernes 49 muertos y más de 400 heridos desde que estalló la revuelta el 18 de abril.
“Podemos asegurarles que seguimos y seguiremos trabajando para que se establezcan la verdad y responsabilidades alrededor de los dolorosos y trágicos hechos de las últimas semanas, y nos comprometemos a fortalecer todas las libertades”, aseguró el mandatario, en una carta que fue leída por su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo.
Iveth Villalobos / EV Houston Newspaper / AFP / Foto: EFE