
‘El Oso’ Pereyra mantenía en los últimos tiempos un enfrentamiento con los nuevos conductores del principal grupo de hinchas denominado “La Doce” e intentaba recuperar el poder, según las fuentes.
Uno o más hombres entraron a su casa en la periferia sur y lo mataron de siete disparos, de acuerdo a las primeras investigaciones. Pereyra había cumplido penas de prisión por agresiones dentro y fuera de las canchas.
Según el diario “La Nación”, en la casa estaba su madre y las personas que irrumpieron le preguntaron a ella dónde estaba “El Oso”. Se metieron y lo balearon cuando estaba en la ducha.
Boca es el líder de la Superliga argentina. Su numerosa hinchada genera para los ‘barrabravas’ suculentas ganancias por venta ilegal de tickets, mercadeo ‘xeneize’ y cobro de aparcamientos de autos en las calles que rodean el estadio La Bombonera los días de partido.
Con el crimen de Pereyra, la violencia en el fútbol se cobró seis víctimas fatales en lo que va de 2017, igual cómputo que en el 2016, según reportes de la ONG Salvemos el Fútbol.
Entre el 2013 y el 2015 se habían registrado 34 muertes y suman más de 300 desde 1922, de acuerdo a estadísticas de la ONG.
EFE / Foto: Gustavo Grabia