La administración Trump planea imponer nuevas restricciones al aborto, entre esas estaría la opción de que las clínicas separen finanzas de las instalaciones que brindan abortos.
Cabe destacar que aunque el aborto es un procedimiento médico legal, las leyes federales prohíben el uso de fondos para pagar los abortos, excepto en casos de violación, incesto o para salvar la vida de la madre.
Dichas restricciones ha sido hasta ahora aclamadas por conservadores religiosos y denunciadas por organizaciones médicas y grupos de derechos de las mujeres.
Otro requisito que estas restricciones proporcionarán es que ambos tipos de instalaciones no puedan estar bajo el mismo techo.
Las normativas entrarían en vigencia el próximo año, actuando como golpe directo contra Planned Parenthood, organización que proporciona planificación familiar y atención médica básica a mujeres de bajos ingresos, así como abortos que deben pagarse por separado.