La presunta espía rusa, Maria Butina, se declaró culpable por participar en una conspiración contra Estados Unidos.
Según los cargos que le impone la corte federal, la ciudadana rusa se habría infiltrado en círculos políticos del Partido Republicano para impulsar los intereses de su país.
Asimismo, el fiscal en la corte señaló que Butina buscaba establecer canales no oficiales de comunicación con estadounidenses poderosos para influenciar en política. Medios locales, implicaron que la mujer había actuado bajo la dirección de un oficial ruso, el mismo fue identificado como Alexander Torshin.