Kim Kardashian West, regresó a la Casa Blanca con motivos de promover una ayuda a los que salen de la cárcel a conseguir trabajo y reintegrarse al mundo real.
Esto lo hizo durante un evento en la Sala Este, al que asistieron secretarios del gabinete, activistas y personas anteriormente encarceladas, donde anunció la creación de una nueva asociación que les proporcionen tarjetas de regalo a los prisioneros para ayudarlos a ir y venir de entrevistas de trabajo, eventos laborales y familiares.
“Todos quieren que la comunidad esté segura, y cuantas más oportunidades tengamos nosotros y ellos, más seguros estarán todos”, dijo Kardashian West, quien se involucró con el problema después de conocer el caso de Alice Marie Johnson, una abuela que cumplía una sentencia de cadena perpetua sin libertad condicional por delitos de drogas.
Kardashian West presionó exitosamente a Trump para otorgarle clemencia a Johnson y ha estado estudiando leyes bajo la tutela de los abogados Jessica Jackson y Erin Haney del grupo bipartidista de reforma de la justicia penal desde entonces.