La cámara de diputados en Italia aprobó un decreto que endurece la política migratoria. El mismo fue propuesto por el ministro de Interior y jefe de la derecha italiana, Matteo Salvini.
Los migrantes verán recortados los accesos a las solicitudes de asilo y se ampliarán las posibilidades de revocar su protección, puesto que reemplazarán los permisos de residencia por razones humanitarias con un permiso de protección especial y un permiso de catástrofe natural en el país de origen, ambos con una duración de al menos un año.
Por esta medida, según datos del Instituto Italiano para los Estudios en Política Internacional, al menos 60.000 inmigrantes estarían sin permiso de estancia en Italia.