Varias empresas de análisis financiero y petrolero han emitido sus informes para el año 2017. Varios presentan un marcado optimismo que quiero resaltar en este artículo, mientras que otros nos presentan su visión sobre los impactos a largo plazo del prolongado periodo de precios bajos.
De 2016 a 2017: ¿Qué cambia?
Pareciera que la baja en los precios ha sido superada, que lo peor ya pasó. La consultora Deloitte resalta que si bien 2016 fue llamado “el año de las decisiones difíciles”, el 2017 lo visualizan más bien como “el año del lento retorno a la normalidad”.
El balance entre la oferta y la demanda sigue recuperándose muy lentamente para regresar a un equilibrio. Vemos las acciones de la OPEP en este sentido, pues tomó decisiones de recortar producción, buscando acelerar un alza en los precios.
Wood Mackenzie, otra empresa de análisis en el sector petrolero, indica que el gasto en exploración y producción (E&P) está decididamente aumentando, aunque aún por debajo de lo que era hace dos o tres años atrás. Los gastos de las empresas del segmento upstream, es decir, de E&P, aumentarán en un 3%, para alcanzar 450 billones de dólares, lo que revertiría la tendencia de dos años de caída ininterrumpida en el gasto. Los gastos, sin embargo, indica Wood Mackenzie estarán todavía un 40% por debajo de los de 2014.
El precio del crudo se estima que se estabilizaría en 57 USD/barril en 2017, hasta llegar a unos 85 USD/barril en el año 2020.
Corrigiendo predicciones
De manera muy relevante, llama la atención que la EIA (US Energy Information Agency) revirtió su predicción, en una movida pocas veces vista: Cambió su predicción de una merma continuada de producción petrolera en los Estados Unidos para anunciar un aumento en la producción total estadounidense, que pasa de 8.9 millones de barriles diarios a 9 millones en 2017, y posiblemente a 9.3 millones de barriles diarios para el año 2018.
Entonces, el sector se recupera pero lentamente. La industria petrolera es increíblemente resistente.
Aunque las empresas de servicio se vieron muchísimo más afectadas que las operadoras, y tuvieron que reducir costos, llegando incluso a despedir valiosos talentos, es también cierto que se vislumbra nuevas alianzas, que buscan no solo el menor precio, sino la supervivencia de ambos actores en el negocio.
Los impactos positivos y negativos
El principal impacto positivo que nos deja el bajón en precios petroleros es una industria petrolera que ha optimizado sus costos, sobre todo en los flujos de operaciones pertinentes a la producción de arcilla (shale) en los Estados Unidos. Las empresas operadoras han dominado el arte de operar a bajo costo, enfocándose en un monitoreo saludable de sus inversiones y gastos.
Los impactos negativos se verán principalmente a futuro, cuando el talento humano, que tuvo que migrar a otras fuentes de trabajo, incluyendo otros sectores, no esté disponible para estudios, operaciones y servicios, en operadoras o empresas de servicio. La actividad aumentará al ritmo que el precio se recupere.
¿Y la OPEP?
La OPEP mantiene una influencia notable en los precios, pero la falta de disciplina en respetar la cuota de producción por país por parte de todos los miembros dificulta la interpretación del verdadero peso de esta organización en el actual mercado mundial. El impacto de los precios bajos en los países de esta organización está aún por verse, y pudiera ser negativo o positivo, ya que la mayoría de países miembros no mermaron sus inversiones. Pero eso será tema de otro artículo.
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María A. Capello – Consultora Ejecutiva en el sector Energía / Foto: Referencial