Franco, una abierta crítica de las milicias que controlan muchas áreas empobrecidas de la segunda ciudad más grande de Brasil, recibió cuatro disparos en la cabeza el pasado mes de marzo mientras viajaba en un automóvil en el centro de Río. Su conductor también fue asesinado.
El asesinato provocó grandes protestas en Brasil y demandas de una rápida resolución. Como política negra que provenía de un entorno pobre, muchos de los sectores más populares de Río la consideraban una esperanza de que sus voces se escucharan cada vez más.
El periódico O Globo informó en horas de la noche del martes, que las autoridades brasileras estaban investigando al concejal Marcello Siciliano, cuyo bastión político es un área en el oeste de Río controlada por las milicias.
Dos fuentes del gobierno confirmaron a Reuters que los investigadores estaban cerca de identificar al sospechoso y que Siciliano es uno de los involucrados, citando pruebas dadas por un miembro de la milicia.
Las fuentes hablaron con la condición de que sus nombres no se usen, argumentando que no estaban autorizados a discutir el caso.
Siciliano negó enérgicamente cualquier vínculo con el caso en una declaración escrita publicada el miércoles y enviada a Reuters, calificando las acusaciones como “totalmente falsas”.
En una conferencia de prensa el miércoles, Siciliano subrayó su inocencia, diciendo que tenía una buena relación con Franco y que “incluso había asistido a mi fiesta de cumpleaños”.
Sostuvo que ya había sido interrogado por la policía, al igual que varios concejales que conocían a Franco, y que estaba disponible para responder cualquier pregunta que pudieran tener los investigadores en cualquier momento.
Iveth Villalobos / EV Houston Newspaper / Reuters / Foto: EFE