El empresario Carlos Wizard Martins, se mudó en agosto de 2018 con su esposa de Sao Paulo a Boa Vista, capital del fronterizo estado de Roraima, para ayudar a los migrantes venezolanos que residen en la zona.
Martins, dueño de más de 20 empresas, defiende como solución trasladar estos migrantes a otros estados para aumentar sus oportunidades y evitar la sobrecarga de Roraima.
El gobierno brasileño desarrolló una operación con la que transportaron a 8.755 venezolanos desde febrero de 2018. Por su parte, Martins y su red de voluntarios, otros 3.000 desde agosto del mismo año.
Esta ayuda comenzó inicialmente como una misión asignada por la iglesia mormona de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, ubicada en su natal Curitiba, al sur de Brasil y que frecuenta desde su adolescencia.
El empresario dice haber recibido una lección de humildad en esta misión, la tercera que realiza para la iglesia en 50 años como feligrés. Pasa desapercibido en las calles de Boa Vista y es conocido por los venezolanos a los que ayuda como “el hermano Carlos”.
La misión de Martins termina en junio de 2020. A medio camino se considera satisfecho, pero para ampliar la escala de su red creó recientemente en Brasilia un frente interreligioso, asegurando que si una iglesia refugia a 3.000 personas, con diez, el puede vaciar los refugios.
Brasil, que no era destino común para los venezolanos, se ha vuelto más popular mayormente por la flexibilización de trámites para legalizarse. En Pacaraima y Boa Vista, las ciudades más próximas a la frontera, existen al menos trece refugios donde reciben a casi 7.000 migrantes, mientras otros miles duermen en las calles.